Una universidad bien pensada y gestionada ha de ofrecer estudios de calidad. Es decir, no puede vender humo. Esto afecta a sus contenidos curriculares de las titulaciones, incluidas las competencias. Algo preocupante sucede cuando a un estudiante universitario que cursa un grado o un máster se le sugiere implícitamente que acuda a un sistema privado de certificación (previo pago complementario) para acreditar sus conocimientos. Si estos conocimientos son relevantes han de formar parte de la titulación universitaria. La pregunta que surge a cualquier estudiante es: entonces ¿qué ‘certifica’ el título que voy a obtener al finalizar mis estudios universitarios?
Antonio Madrid Pérez, “El mercado de las certificaciones: las empresas certificadoras y la universidad”, mientrastanto.e